Las posibilidades de la inteligencia artificial en educación, son un bravío mar bastante inexplorado. Nos encontramos en el amanecer del cambio de paradigma educativo que puede proporcionar.
En esta entrada del blog, reflexiono sobre el rol del docente al aplicar la ética e inteligencia artificial en FP; pero en esta entrada de la web, te explico como emplearla con el alumnado.
Pensar antes de copiar. Elegir antes de aplicar.
Para el alumnado el uso de la IA, puede presentar algunas ventajas e inconvenientes para su aprendizaje que cito a continuación:
- Para buscar inspiración o ideas iniciales
- Para repasar conceptos complejos
- Para organizar información y generar esquemas
- Para simular escenarios clínicos o redactar informes tipo
- Para desarrollar pensamiento crítico (si se usa bien)
- Pero nunca para copiar y pegar sin pensar
- Nunca para sustituir tu juicio clínico
- Nunca para evitar reflexionar
A continuación, te dejo una presentación cuyo diseño ha sido realizado por Gamma y el contenido, basado en mi día a día como profesora de FP de sanidad; pensada para el alumnado.

Puedes descargar aquí, la guía.
Ahora me dirijo a los estudiantes que lean mi web…
Vamos a ser claros, sin metáforas, sin paños calientes:
se nota cuando usáis la IA y os pensáis que no nos damos cuenta.
Tu estilo cambia de una clase a otra como si te hubieras reencarnado en un poeta del Siglo de Oro o en un redactor del New England Journal of Medicine.
Y no, no cuela.
Cuando alguien escribe un mensaje a la profesora, al estilo X y sin respetar las reglas básicas de gramática pero me entrega un texto que describe la mitosis como “una coreografía milimétrica que revela la perfección del universo celular”, me entran dos cosas:
- Risa.
- Tristeza.
Porque no hace falta llegar a eso para sacar nota o hacer un buen trabajo.
Hace falta que pienses. Que seas tú. Que te equivoques y lo corrijas. Que entregues algo real.
Sí, a ti también.
A ti, que sueles entregar trabajos con comas bailando bachata, que redactas como si estuvieras escribiendo un WhatsApp con prisas, y de repente… ¡zas!
Me presentas una oda lírica sobre el ciclo celular, con frases que existe cierto riesgo de no haberlo terminado de entender.
De golpe, pareces el hijo perdido de García Márquez y Marie Curie.
Y claro, tú piensas: “Jo, qué currado me ha quedado”.
Y tu profesor, establecerá la duda razonable. ¿No estaré dando la atención que merece esta persona? Debo de investigar más para enseñarle todo su potencial…
Lo que de verdad molesta, no es que uséis la IA. Es que lo hagáis sin criterio, sin revisarlo, sin entenderlo y luego tengáis la cara de presentarlo como vuestro.
Como si aquí no lleváramos años viendo exámenes, entregas, defensas orales y estilos personales. Como si nos hubieran desconectado la capacidad de razonar el día que entramos a dar clase.
No es que sea un crimen.
Pero es cutre, falta decoro y elegancia.
Y sobre todo, es un autoengaño.
Spoiler:
No somos tontos.
Y no hace falta que venga la Guardia Civil.
Basta con ver la redacción y hacerte una sola pregunta en clase para que salte la alarma.
De ese estilo tan sospechoso que a veces recuerda más a Góngora poseído por ChatGPT que a un estudiante de FP Sanitaria, asumiendo la vida un lunes a las 8:30 en Anatomofisiología.
Por favor, seamos honestos.
Nadie en su sano juicio define la replicación del ADN como
“una danza molecular majestuosa, donde las hélices enamoradas se entrelazan con un susurro de sabiduría ancestral”.
No. La replicación es lo que es: bioquímica, enzimas, trabajo y sudor neuronal, no un verso de Quevedo (y no, no el de Quééédate esta noche).
Y entonces llega tu momento favorito:
La defensa oral.
Tú, frente a tu propio trabajo.
Intentando explicar párrafos que ni tú entendiste cuando los copiaste.
¿Y sabes qué?
Ese estrés es evitable. Completamente.
Solo hace falta un poco de madurez y honestidad.
Hace falta que te formes.
Que pienses.
Que aprendas a usar herramientas como la IA con sentido.
Porque no estamos aquí para que todo te salga perfecto. Estamos aquí para que te conviertas en alguien que sabe cómo actuar cuando importa.
Así que la próxima vez…
Piensa antes de pegar el texto.
No te autoengañes.
Y, por favor, no tomes a tu profesor o profesora como alguien que mastica la leche.
Este sí es el camino.
Lo otro, es solo ruido.
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