La importancia de una RCP precoz

Me encuentro en una de las dotaciones de SVA como enfermera en el estadio de fútbol de La Rosaleda y, al comienzo del partido, de repente, se hizo el silencio. No fue un grito, fue el vacío sonoro que precede a una emergencia. Al pie de las gradas, un hombre ha sufrido una parada cardiorrespiratoria y la única oportunidad que tiene de sobrevivir es una respuesta rápida, un primer eslabón preparado.

Cuando se produce una parada cardiorrespiratoria, cada minuto sin RCP reduce las posibilidades de supervivencia en un 10%. Esto no es una estadística vacía, es la realidad a la que nos enfrentamos. Por eso, el primer eslabón de la cadena de supervivencia, los socorristas terrestres, no dudaron un segundo en actuar.

Con una RCP precoz y de calidad, lograron mantener el flujo de sangre y oxígeno a los órganos vitales mientras llegaba el DEA. Tras la descarga, pudimos ver cómo el hombre recuperaba el conocimiento. Su vida fue salvada, no por milagro, sino por la correcta aplicación de un protocolo.

La cadena de supervivencia es tan fuerte como su eslabón más débil. Como enfermera de SVA, mi papel es estabilizar y evacuar al paciente, pero no podemos hacer nuestro trabajo si el primer eslabón falla. Sin la RCP precoz, no hay nada que estabilizar. El hombre de La Rosaleda no hubiera llegado a nosotros si no hubiera habido una primera intervención tan eficaz.

Este incidente no es una historia inspiradora, es una llamada de atención. El heroísmo no tiene lugar en una emergencia. Lo único que cuenta es la acción, la preparación y la formación. ¿Y si mañana eres tú el que se encuentra ante una persona que necesita RCP? ¿Serás un testigo o el primer eslabón?

Se procedió a maniobras de SVA y tras estabilización se procedió al traslado a centro hospitalario por SVA, gracias a al actuación precoz el paciente sobrevivió.