DUA y gamificación en Técnico en Emergencias Sanitarias: aprender como si nos fuera la vida en ello (porque a veces, lo hará)
Podríamos decir que diseñar para FP es un acto de responsabilidad.
Pero si hablamos de Emergencias Sanitarias, esa responsabilidad se convierte en urgencia pedagógica.
Aquí no se trata solo de aprobar un módulo. Se trata de formar a profesionales que actuarán en momentos límite, con vidas reales en juego.
Y para eso, el enfoque tradicional no basta.
Aplicar el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) en este ciclo no es un lujo. Es un mínimo. Porque no todo el mundo aprende igual, no todo el mundo llega con las mismas condiciones, y, sin embargo, todos deberían salir preparados para intervenir con rigor, humanidad y eficacia.
El DUA nos recuerda que enseñar no es solo subir contenidos y corregir test. Es diseñar actividades que permitan a cada estudiante demostrar lo que sabe, aunque no todos usen la misma ruta. En una clase sobre planes de emergencia, ¿por qué todos tienen que entregar el mismo informe? ¿Por qué no dejar que lo expliquen en vídeo, o a través de una simulación grabada? Lo que evaluamos es si comprenden los protocolos y saben aplicarlos. No si dominan Word.
Y entonces llega la otra clave: la motivación. Porque sí, podemos diseñar con DUA y aún así tener a un grupo desconectado, entregando por compromiso, sin alma.
Ahí entra en juego la gamificación.
Y si hay una herramienta que funciona en Emergencias Sanitarias, es Breakout EDU.
Breakout EDU convierte el aula en un desafío. Literal.
En vez de explicar por enésima vez la logística en una catástrofe, planteamos un escenario ficticio: un terremoto, una carretera colapsada, múltiples víctimas.
El alumnado tiene que abrir “candados” virtuales resolviendo pruebas basadas en contenidos reales: protocolos de triage, asignación de recursos, comunicación con centros de coordinación.
No están “jugando”. Están resolviendo problemas bajo presión, en equipo, con cabeza fría.
¿Te suena? Exacto. Justo lo que harán fuera.
Además, con Breakout EDU podemos diseñar pruebas con distintos tipos de entrada: texto, imagen, audio, geolocalización… y eso, en clave DUA, es oro. Porque permite que más estudiantes se impliquen desde su zona de fortaleza.
¿Y la evaluación? Fácil: se puede observar el desempeño en la dinámica, pedir una reflexión posterior, plantear una autoevaluación o incluso grabar la sesión y analizarla juntos.
No se trata de buscar al más rápido. Se trata de valorar quién conecta, aplica y colabora con más criterio.
Ahora bien, hay algo que no podemos dejar fuera: la diversidad del profesorado que imparte este ciclo.
La normativa actual permite que docentes de distintas especialidades —no siempre sanitarias— impartan módulos en Técnico en Emergencias Sanitarias.
Esto puede ser tan enriquecedor como preocupante. Porque sí, sumar miradas distintas aporta mucho…
Pero seamos honestos: las emergencias sanitarias no se entienden del todo hasta que se viven.
Es un ciclo que te cambia. Porque no se ve la vida igual antes y después de trabajar en emergencias.
Dicho esto: esto no debería ser un muro para quien llega desde otra rama.
No tienes que haber estado en una ambulancia para ser un buen docente en este ciclo. Pero sí tienes la responsabilidad de formarte, de comprender el contexto que vas a enseñar, de no convertir la experiencia ajena en un guion sin alma.
Y hay caminos para hacerlo. Por ejemplo, formaciones como el PHTLS (Prehospital Trauma Life Support), que aportan conocimiento técnico y visión práctica.
Porque si enseñamos cómo actuar en escenarios de vida o muerte, necesitamos saber de qué estamos hablando.
¿Y la IA? También puede formar parte del proceso. Se puede usar para preparar materiales, crear pistas, revisar conceptos.
Pero cuidado: el aprendizaje no puede delegarse a un chatbot.
Porque en este ciclo no formamos usuarios pasivos. Formamos técnicos que deben tomar decisiones críticas.
Y eso no se improvisa. Ni se copia y pega.
Enseñar con DUA y gamificación no es una moda.
Es hacer docencia real, adaptada a un contexto de urgencia, vulnerabilidad y trabajo en equipo.
Es anticipar lo que el entorno les va a exigir… y darles herramientas para que estén preparados.
Porque cuando el contenido se olvida, lo que queda es la experiencia.
Y si esa experiencia les enseñó a pensar bajo presión, a colaborar, a cuestionar lo que no entienden y a encontrar su propia manera de aprender… entonces sí.
Entonces lo hicimos bien, pese a no ser sencillo el camino.